El Libro de la Sabiduría

Ahmad Ibn Ata'illah (1250-1309) fue un influyente maestro sufí, teólogo, jurista malikí y poeta nacido en Alejandría, Egipto. Su legado lo posiciona como uno de los pilares de la tradición sufí en el mundo islámico. Su vida y obra simbolizan la armonización de la espiritualidad mística con la jurisprudencia islámica.Inicialmente, era escéptico hacia el sufismo, probablemente influenciado por una perspectiva legalista que ponía énfasis en la adherencia estricta a la Sharía (la ley islámica). Sin embargo, su encuentro con Abul Abbas al-Mursi, el sucesor de Abu al-Hasan al-Shadhili (fundador de la orden Shadzilí), marcó un punto de inflexión en su vida. Al-Mursi, con su carisma y sabiduría espiritual, lo introdujo a la dimensión mística del Islam. Este encuentro lo llevó a abrazar plenamente las enseñanzas sufíes, dejando de lado sus prejuicios iniciales y convirtiéndose en un defensor apasionado de la espiritualidad sufí. Después de la muerte de Al-Mursi, asumió el liderazgo espiritual de la orden. Fue bajo su guía que esta consolidó su influencia, no solo como un movimiento místico, sino también como una escuela que enseñaba la interconexión entre la vida espiritual y la práctica religiosa cotidiana.A pesar de su profunda inmersión en el sufismo, Ibn Ata'illah nunca dejó de lado su conocimiento formal de las ciencias islámicas. Su capacidad para presentar las enseñanzas sufíes de manera coherente dentro del marco de la sharía le permitió ganarse el respeto tanto de los sufíes como de los ulemas (los eruditos religiosos). Ibn Ata'illah enseñaba en la célebre universidad al-Azhar de El Cairo. Su enfoque integrador y su claridad en la enseñanza contribuyeron a expandir la influencia del sufismo. A través de su sólida base en el conocimiento islámico tradicional, logró demostrar que el sufismo no era una desviación, sino una dimensión esencial del Islam que buscaba profundizar la conexión del individuo con Dios.Falleció en 1309 en El Cairo, y su tumba se encuentra en el cementerio de al-Qarafa, donde sigue siendo un lugar de veneración para los buscadores espirituales.