La mayor corona

La mayor corona

Teatro

Por Félix Lope de Vega y Carpio

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Sinopsis

La mayor corona. Félix Lope de Vega Fragmento de la obra Jornada primera (Salen Ormindo y Teosindo y Rodulfo, galanes.) Teosindo: ¿En qué vendrá a parar esta locura? Ormindo: En elegir mujer que le castigue. Teosindo: ¡Bárbara sumisión! Rodulfo: No halla hermosura en tantas que le agrade y que le obligue. Ormindo: Pues ¿qué procura el padre? Rodulfo: El rey procura, en el discreto intento que apercibe, que venga a ser, Ormindo, alguna de ellas recíproca elección de las estrellas. Teosindo: Princesas de naciones diferentes admira el Betis en su sacra orilla; algunas tan perfectas y excelentes, que por alta deidad las ve Sevilla. Ormindo: ¡Bravo rigor! Rodulfo: Del príncipe, ¿qué sientes? Teosindo: Que su tibieza al mundo maravilla; que si a tantas bellezas se resiste en defecto del ánimo consiste. Ormindo: Doce son con las dos que entran agora las que a España han venido. Rodulfo: ¡Cosa extraña! ¡Cómo a mujer un hombre se enamora! Teosindo: Es el glorioso sucesor de España, el Sol que nace en su rosada aurora cuando el padre en el mar se asombra y baña. Rodulfo: Si a las mujeres tiene tanto miedo, deje el reino en su hermano Recaredo. Ormindo: Dicen, si habla verdad la astrología, que ha de causarle una mujer la muerte, quitándole la sacra monarquía; y no es mucho que tema de esa suerte. Teosindo: ¡No hay estrellas sin Dios! Rodulfo: Son armonía por quien el hombre su grandeza advierte, que canta el cielo, en cláusulas de estrellas, la eterna potestad que puso en ellas. Teosindo: Ya debe de llegar Lísipa hermosa, pues el príncipe sale al regio trono. Rodulfo: Si esta deidad elige por esposa las pasadas locuras le perdono. Teosindo: La música en los aires sonorosa se pierde al Sol en lisonjero trono.

Félix Lope de Vega y Carpio